martes, 11 de marzo de 2008

la francesita de St. Eustaque


Las cuatro paredes del cuartucho que daban a la Rue de la Grande Chaumiere se me venían encima al final de la tarde y las dos cortinas que abrigaban la ventana parecían más bien las dos torres de la catedral de Notre Dame, paralelas y majestuosas al contraluz.. No pensaba cenar, como cada día, ya que había comido bien entrada la tarde. Una comida al día era lo ideal, un desayuno y picar lo que quisiera a cualquier hora. Pero no, no buscaría ningún antro donde cenar por cenar ya que no quería reglas, había ido a buscarme a mi mismo, despreciando las ataduras propias de nuestra fisiología humana, libre, al fin....
Había ido... ¿dónde?, diréis... a PARIS. Necesitaba meditar, parar el tiempo, escuchar el silencio, mis pasos por el suelo de madera enmoquetado del hotel, ya sin luz para fotografiar lo fotografiable, desnudaba mi alma, sólo pensaba en el ´dia siguiente y me dormía.

Me parecía estar dentro de un sueño, una postal infinita de buen tiempo y cielos despejados, caminar sin parar buscando la esencia de la ciudad, deseando perderme.
Inconsciente, llegaba a perder la noción del tiempo y así, me ensimismaba en los jardines de Trocadero tumbado en el césped y contemplando sus esculturas policromadas de un oro mágico con la torre Eiffel al fondo mientras degustaba un crêpe au chocolat. O a veces hasta llegar a toparme con aquella calle tan singular en el barrio de la Bolsa y que daba a la puerta de Saint Denis, una calle de prostitutas y tiendas de ropa en lo que había sido el barrio de los mercados de carne, uno de los más malolientes, ahora atestado de africanos y es que... la ley de la oferta y la demanda es real como la vida misma. Carne humana, que paradoja, ahora en el ocaso de sus días, que más bien le quitan a uno la líbido.
Hice lo que tenía que hacer, no iba a desperdiciar aquella oportunidad, fotografié la puerta de Saint Denis desde todos sus ángulos, con la fiereza del turista poseso, guardando y sacando la cámara para no parecer turista.....
Aquella tía parecía no estar en sus cabales al pasar por la verja de los jardines de Luxemburgo
-Qu ´est-ce que vous voulez?!!!!!......
Me gritaba aquella loca de ojos desorbitados que me hicieron recordar los cuadros de Delacroix y sus estudios de rostros de dementes.
Qu´est-ce que vous voulez?!!!!
Elle est là encore?, le dije a una especie de Lolita de minifalda a la que me arrimé cambiando mi dirección para despistar a la loca en tono de broma.....
Miró por encima de su hombro y dijo..
-Non, non...
Hacía cientos de fotos, era mi objetivo, sobrevivir ahora a París, era mi misión. Sobrevivir a las putas de Pigalle, a las locas, a las hordas de turistas que conforme amanece se convierten en un manto multicolor y que te obliga a guardar interminables colas para entrar a los sitios.... sobrevivir a la pestilente olor a orina del metro...Mis pies doloridos, el calzado, debía haberlo estudiado antes de partir, sabía que me pasaría... !"Merde!".
El dia había sido agotador, demasiados museos, pero llegué a mi objetivo... St- Eustaque... la escultura de L´Ecoute. Hice mis fotos... y me senté en el césped. Estoy mandando un mensaje por el móvil cuando de repente apareció ella, la francesita de St Eustaque y se sentó justo a mi lado, con su perrito de color cenicero metomentodo.
Tengo que deciros que encontrar un hueco donde sentarse a la sombra también puede ser estresante y esta proximidad la achaco no sólo a mi "presence" como a la falta de un lugar donde ubicar las posaderas.. y qué posaderas Mon Dieu!!... se descalzó para tomar contacto con el césped... yo hice lo propio. Su perrito ya me estaba molestando cuando ella lo llamó al orden.
-Viens!!!, viens!!!...
-Pas probleme mademoiselle, j´adore les chiens (mentiroso)
-Pero "Pipin" no paraba de molestar a unos y a otros... el muy impertinente, situación que ella aprovechó para hacer "el paseillo", mostrar sus encantos y exhibirse...
- El macho(...), no, eso es de Félix Rodriguez...
Empiezo por enseñarle las fotos que había hecho a lo largo de aquella jornada con la cámara digital, a "practicar el francés".
-Je peux vous faire une photo? (siempre me resultó)
-Mais oui, bien sur!!!
Los últimos rayos de sol iluminaban su cara dándole un tono oro a su piel pálida, la cara de la francesita de St Eustaque. La cámara cayó al suelo, (a la mierda) y el sol dibujaba ya un contraluz anaranjado sobre el edificio de Les Halles cuando pensé...
-Bonita foto
Y bonito beso a una desconocida, bueno, conocida de una tarde. Siempre necesité de unos preliminares, un cine, qué se yo, pero aquello.....es París.

Estoy curándome las uñas de los pies mientras disfruto de unas vistas increibles de la ciudad desde el Sacre Coeur....
Debo seguir mi viaje, aquello es cosa del pasado reciente.
Detrás de mi escucho..
-Viens, viens
Un perro algo impertinente menea el rabo
Una chica con aire de francesita lo toma en brazos, mi francesita de St Eustaque y bajamos por Montmatre despacio, muy despacio... porque aún hay luz para seguir haciendo fotos.

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